Lesiones que se presentan en la edad infantil

Las caries de biberón o de los 2 años son un tipo de caries destructivo y progresivo, que ataca a los dientes primarios conocidos como dientes de leche de niños lactantes.
Este tipo de caries afecta a los niños desde los 6 meses (en el período de la dentición) hasta los 4 años, aproximadamente.

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¿Cuál es la causa?Usualmente, los padres le dan el chupón o la mordedera con miel al niño. O bien, le dan el biberón con jugos o leche hasta que el niño se duerme.
En ambos casos, si no se les lavan los dientes, el dulce y la leche fermentada crean un medio ideal para los microorganismos que se definen como caries de biberón.
¿Qué características tienen?
Son progresivas y destructivas. Inicialmente se visualizan como manchas blancas en los dientes incisivos superiores y luego se transforman en un color amarillento oscuro. Afecta al esmalte, luego a la dentina y llegan hasta el nervio, desbaratando y desmineralizando el diente.
Riesgos
Si no se tratan a tiempo, llegan a afectar al nervio. En estos caso se debe hacer una pulpectomia. Se saca el nervio y se obtura con un material absorbible. (Es un procedimiento similar a la endodoncia)
Extracción: es el último recurso y, en estos casos es necesario colocar mantenedores de espacio, a efectos de garantizar: el desarrollo del lenguaje, la función de masticar y la conservación del espacio para los dientes permanentes.
Prevención
  • No le des a tu niño el chupón o la mordedera con dulce o miel.
  • Evita que tu niño se duerma con el biberón.
  • Lava sus dientes y sus encías con: una gasa húmeda si ha comenzado con la dentición o, un cepillo de dientes adecuado para los meses o años que tiene.
  • Hazlo, al menos dos veces al día. El lavado de la noche es el más importante.
Fuente: Huggies

¿Cada cuánto tiempo debo cambiar mi cepillo de dientes?

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Los dentistas recomiendan cambiar nuestro cepillo de dientes cada 3 meses. Pero en realidad, ¿le has hecho caso a esta clásica recomendación médica? Aquí te contamos por qué deberías hacerlo.
Bien mentirosos nos ponemos la mayoría de los pacientes cuando el dentista nos pregunta si nos lavamos los dientes después de cada comida o si hemos cambiado nuestro cepillo con regularidad.
Y es que en alguna parte recóndita de nuestra conciencia sabemos que no estamos haciendo lo correcto. Como mínimo, deberíamos lavarnos los dientes 2 veces al día y cambiar nuestro cepillo cada 3 meses.
¿Por qué? Un cepillo de dientes tiene un tiempo determinado de vida y uso. Como es nuestro mejor aliado para combatir la placa bacteriana, entre sus cerdas y el mango acumula gran cantidad de bacterias, por lo que se hace indispensable cambiarlo con la regularidad que tu dentista recomiende, que casi siempre es cada 3 meses.